Las bendiciones de Dios sobre Su pueblo
Las bendiciones de Dios sobre Su pueblo y Su juicio sobre los enemigos; la oración de David en tiempos malos; la oración de alabanza y acción de gracias
Cuatro veces en este corto salmo leemos: «Te alaben los pueblos, oh Dios» (Salmo 67:3,5). Esto es un buen recordatorio para alabar a nuestro maravilloso Señor, quien ha prometido Sus bendiciones sobre toda alabanza genuina e inspirada por el Espíritu Santo: «Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben» (67:5). Mientras que esperamos por Su venida del cielo, « . . . los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría. Cantad a Dios, cantad salmos a Su nombre» (68:3-4).
El salmista entonces predijo la resurrección de Jesucristo, diciendo: « . . . Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas. . . . Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad . . . Dios, nuestro Dios ha de salvarnos . . . (reinos) de la tierra, cantad a Dios, cantad al Señor; Selah» (68:11,18,20,32). El apóstol Pablo citó este Salmo, pero en esta forma: «Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, (Y) dio dones a los hombres». Entonces el apóstol Pablo añadió: «Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Efesios 4:8,11-12).