Tu corazón responde a lo que ama
Tu corazón responde a lo que ama. Aquello a lo que dedicas mucho tiempo en tu vida termina siendo el rey de tu vida.
A fin de cuentas, coronas lo que te cautiva.
¿Es, tu Rey el amor mismo? ¿O has destronado al Amor para arrojar tu corazón a los pies de amores baratos e inferiores?
¿Qué pasaría si Jesús estuviera frente a ti ahora mismo, Su corazón atado al tuyo, Sus ojos buscando los tuyos, Su corazón susurrándote: ¿Soy Yo el Rey de tu corazón? ¿Qué has coronado con tu tiempo, atención, interés y corazón, aun cuando eso no pueda darte la verdadera vida al final? ¿Has visto lo que he hecho por ti para acercarte a Mi corazón resucitado? ¿Ha transformado y movido tu corazón Mi amor? ¿Has escuchado todas las formas en las que te he estado atrayendo lejos de aquello que no satisface, para regresarte al amor divino, la santidad completa y la vida más plena?
Estas preguntas piden una respuesta real.
Él es Quien vivió de la manera perfecta en la que siempre esperaste vivir, y ahora te ofrece el registro de Su vida para que sea tu vida. Él es Quien murió de la manera más dolorosa que podría haber sido la tuya, y ha absorbido todo tu dolor como propio. Él es Quien sana corazones rotos, Quien da vista a cada uno de tus puntos ciegos. Él es Quien camina sobre las olas de cada una de tus tormentas, te alimenta con el pan que sostiene el alma en medio de una multitud de problemas, aplasta la cabeza de cada mentira que sisea, y resucita tus esperanzas muertas a la vida.
Esta es tu resurrección diaria, tu realidad diaria, tu todo. No te la pierdas.
Jesús es tu Rey, tu Redentor, tu Restaurador, tu Sustentador, tu Cordero, tu Amante y tu Señor, el Único cuya pasión te ha amado hasta la muerte y de regreso, resucitando para ofrecerte la vida más segura y más real. Él es la vida. Y nos ha salvado para Sí Mismo.
No te lo pierdas. Haz una peregrinación hacia el palacio de Su presencia y arrodíllate.
Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo (Efesios 3:17b-18).
Jesús es Quien merece todo de ti: toda tu lealtad y fidelidad completa, todo tu corazón, toda tu vida, todo tu ser, para que tú puedas ser completa. El Rey murió para ser el Rey de tu corazón… el Rey de tu todo.
Esto lo cambia todo, empezando ahora mismo.
Rey de todo, cambiaste el Cielo por una cruz para hacer de nuestros corazones Tu hogar. Perdónanos cuando coronamos distracciones, miedos o ambiciones en lugar de a Ti. Abre nuestros ojos para ver lo que has hecho, conmuévenos con Tu amor que sana, llama y nos hace completas. En el Nombre de Jesús, Amén.