Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche!
Si buscas la palabra «meditación» en Google, encontrarás instrucciones sencillas:
Respira. Exhala. Repite.
No hace falta ser un genio para entenderlo. Se trata básicamente de prestar atención a tu respiración.
Algunas personas utilizan la meditación como una forma de enfocarse en ellas mismas o en ideas espirituales que no son bíblicas, lo que le ha conferido una connotación negativa. Pero éstas son las instrucciones de Dios para meditar:
¡Cuán bienaventurado es el hombre … que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche!(Salmo 1:1-2, NBLA).
Puedo meditar en mis pensamientos, o puedo enfocarme en los pensamientos de Dios. Es una decisión que puedo tomar conscientemente cada día, al prestar atención.
Me doy cuenta de que si solamente trato de limpiar mi mente o vaciarlo de mis pensamientos, pueden regresar. Mis pensamientos me llevan muchas veces a centrarme en mis fracasos y en todas las cosas que mañana pueden salir mal. Tengo que entrenar mis pensamientos para pensar como Dios dice que debería pensar, y meditar en Su Palabra es el modo de hacerlo.
Como nos cuenta 2 Timoteo 3:16, «Toda Escritura es [dada por el aliento de] Dios…» para que crezcamos espiritualmente (NBLA). Para que yo pueda exhalar mis pensamientos y respirar los pensamientos de Dios para mí y sobre mí.
El aliento de Dios fue lo que nos creó. Si lees con atención el pasaje de Génesis 1 y 2, verás que Dios creó todas las cosas a través de la palabra exhalada de Su boca, y se inclinó y sopló aliento a la humanidad. El aliento de Dios también nos sigue sosteniendo. Las Escrituras son exhaladas por Dios para que nosotras las inhalemos. Nos capacitan y nos completan.
Pero en vez de mirar a la Palabra de Dios como nuestro sustento y nuestro aliento, tendemos a escuchar al mundo primero. Cuando no estamos prestando atención, aceptamos mentiras y las respiramos.
Quiero exhalar toda la incredulidad que me causa ansiedad y me lleva a pecar, y quiero inhalar de manera profunda y larga la Verdad de Dios que me hace sentir tranquila y fuerte. Quiero exhalar todo el aire envenenado y dejar más espacio para el Espíritu Santo con mi fe.
Por ese motivo estoy practicando la meditación con propósito en la Palabra de Dios día y noche, una y otra vez, con cada respiración. Es especialmente útil empezar y terminar el día con Dios. Su palabra hace que comencemos en la dirección correcta y que terminemos nuestro día con corrección de rumbo y la promesa de gracia constante.
Exhala: ¿Qué pasa si…?
Inhala: Dios cumplirá Su propósito en mí (Salmo 138:8, RVA-2015).
Exhala: No puedo hacer esto.
Inhala: Dios me dará la fortaleza para hacer lo que a Él le agrada (Filipenses 4:13).
Padre, ayúdame a inhalar fe en Ti y en Tu Palabra, y ayúdame a exhalar la incredulidad y las mentiras que asedian en mi mente y en mi corazón. Ayúdame a aferrarme a la Verdad mientras navego este día, y fortaléceme cada vez que elijo inhalarla. En el Nombre de Jesús, Amén.
por LAUREN MITHCELL