Obrade Dios
Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación. – Salmo 91:15-16
Cuando un tornado destroza una comunidad, algunas personas dicen que fue «obra de Dios».
Por mi parte, yo digo que es obra de un tornado. Cuando pienso en una «obra de Dios», pienso, por ejemplo, en una familia que vive en Toronto, Canadá.
Algo que alguien había apoyado contra un calefactor encendido comenzó a calentarse, y al poco tiempo se prendió en llamas.
Fue entonces que esta familia, compuesta por el matrimonio, un bebé, una abuela, y un perro, se despertó. Atrapados en sus dormitorios a causa del fuego, llamaron al 911 para que enviaran los bomberos.
Pero para el tiempo en que estos llegaron, el fuego ya se había extinguido, y el daño que le había hecho a la casa era mínimo. ¿Cómo es posible? El fuego hizo reventar un caño de agua. El agua que salió apagó inmediatamente el fuego, sin causar mayores daños.