Mi esposo
Mi esposo me propuso matrimonio seis meses después de haber iniciado nuestro noviazgo. Recién había completado mis estudios universitarios y esperaba en secreto poder encontrar a mi eterno «príncipe azul» cuando él me invitó a una cita. A fines del año, ya estaba pensando, él es el hombre de mi vida. Y a pesar de serlo, no tenía idea de que nuestro compromiso llegaría a un alto sorpresivo poco después de que me lo propusiera.
Como producto de un hogar monoparental, deseaba desesperadamente que mi futuro matrimonio fuese uno de éxito. Deseaba vencer todas las probabilidades en mi contra. Fue por esta razón que decidí confesar un área de pecado en mi vida a mi prometido, nuestros consejeros matrimoniales y líderes de la iglesia. Con gracia, ellos nos aconsejaron que aún no estábamos listos para casarnos, y que ambos teníamos más trabajo introspectivo por realizar.
Si bien hubiéramos podido ir directamente al registro civil, optamos por someternos a su guía para nuestras vidas. Inmediatamente, dejamos de planificar nuestra boda y comenzamos consejería individual. Fue difícil, humillante y lento, pero creo que fue necesario.
Con la ayuda de un terapeuta, trabajé en mis pensamientos dominantes y en las acciones correspondientes. Refuté mentiras con la Verdad del Evangelio, y me concentré en mí misma como mujer y no solamente como futura esposa.
Esta es la imagen que tengo de Dios con Eva en el jardín. Él la formó meticulosamente antes de presentarla a Adán como su compañera. Génesis 2:18 dice, «Después, el SEÑOR Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él»».
En hebreo, la palabra «ayuda» en este versículo es ezer, la cual también significa «apoyo» o «asistencia». Por si crees que la palabra «ayuda» es una descripción débil, Dios también empleó este término para referirse a Sí mismo en versículos como Oseas 13:9. Esto significa que Eva fue importante. Dios tomó muy en serio su formación.
La palabra hebrea para «ideal» en Génesis 2:18 significa «al que corresponde». Nada en la creación era apropiado para Adán, entonces Dios realizó la primera cirugía para extraer una costilla de su cuerpo y la usó para crear a Eva. Cuando Dios trajo a Eva hacia Adán, ella estaba lista para ser compañera adecuada.
La respuesta de Adán fue:
— ¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Se llamará varona,
porque del varón fue sacada.»» (Génesis 2:23, BLP).
Dios formó a Eva y luego se la entregó a Adán. Asimismo, Él me formó, durante mi espera. Mi temporada de espera imprevista antes de casarme me preparó para muchas temporadas de espera durante el matrimonio y en otros ámbitos de mi vida.
Amiga, Dios está obrando en nuestra espera. Y si Él nos ha llamado al matrimonio, Él sigue formándonos y moldeandonos incluso después de decir «sí, quiero», asegurándose de que no solo experimentemos lo mejor de Él en el matrimonio, sino que también nos transformemos en lo mejor de Él para nuestro esposo.
Padre celestial, gracias porque Tu manera es siempre la mejor. Ayúdame a confiar en Ti en mis temporadas de espera. En el Nombre de Jesús, Amén.