Los benditos y los inicuos;
Los benditos y los inicuos; la confianza de David en Dios; la oración para la protección; la misericordia, y la preservación
La clave para recibir una bendición de Dios empieza aquí con tres narraciones negativas. La primera es: «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos» (Salmo 1:1). Los «malos» pueden que vivan un estilo de vida aceptable que se conforma a las básicas normas morales de la sociedad, pero viven y actúan como si el Dios Creador no existiera. Por esa razón, ellos piensan que cualquier religión, o ninguna, es igual aceptable. Al hacer esto, ellos creen que no tienen que darle cuentas a Dios y no ven ninguna necesidad de buscar un Salvador.
La segunda narración negativa es: «Ni estuvo en camino de pecadores». Los pecadores hablan, actúan, piensan, y viven para complacerse a sí mismos. Puede que ellos sean honestos, rectos, y generosos a los ojos de la mayoría del pueblo. Puede que ellos aun crean que existe un Dios y que vivan vidas buenas y morales. Consecuentemente, ellos están engañados y no ven la necesidad de arrepentirse de sus pecados porque no piensan que son pecadores. La vida del creyente está centrada en Dios, pero la vida del pecador está centrada en sí misma.