El consejo al sabio;
El consejo al sabio; la confesión de fe de Agur; las palabras del rey Lemuel; la alabanza a una buena esposa
Si amamos a alguien, queremos estar con tal persona y saber lo que le agrada y así podemos desarrollar una relación que dure un largo tiempo. También queremos saber lo que le disgusta y así evitar las acciones que le son desagradables. Por seguro, esto también es una consideración muy importante en nuestra relación con nuestro Señor.
Dios nos dice: «El que guarda la ley es hijo prudente . . . El que aparta su oído para no oír la Ley, su oración también es abominable» (Dios no la acepta) (Proverbios 28:7,9). ¿Por qué se interesará Dios de lo que nosotros queremos decirle cuando nosotros no estamos interesados en leer Su Palabra que nos guía a vivir afortunadamente? Si queremos que Dios nos oiga cuando oramos, entonces es muy importante leer todos los requisitos por los cuáles Dios acepta nuestras oraciones.
El apóstol Juan les recuerda a los creyentes: « . . . confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos Sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él» (I de Juan 3:21-22). Pero no podemos cumplir con todos Sus mandamientos si no leemos toda Su Palabra para saber cuales son ellos.